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Altas Capacidades

El don de la inteligencia

Artículo publicado el 7 de agosto de 2016

Las Altas Capacidades en positivo

Una inteligencia significativamente superior a la media supone una ventaja para la vida, tanto a nivel académico, como profesional o personal. La inteligencia es un don, no una maldición, y como tal debemos vivirla.

La mayoría de los padres de niños de Altas Capacidades tienden a preocuparse  cuando se les informa de la condición de sus hijos. Algunos reconocen que incluso sintieron ganas de llorar cuando se lo comunicaron. Muchos describen con detalle su angustia inicial debido a la falta de información y la carga de responsabilidad que supuso para ellos…. No nos vamos a engañar, tener un hijo superdotado supone un plus de atención, pero también proporciona grandes satisfacciones.

Enriquecen la vida familiar día a día

Una vez superada la angustia inicial, muchos padres también aseguran que la llegada del pequeño “les hizo recapacitar y ver la vida desde otro prisma”. Su tremenda madurez e ingenuidad, sus ocurrencias y comentarios geniales enriquecen la vida de la familia día a día. Comentarios como el que nos describe una madre, a quien su hijo le pedía que “le cambiara de colegio y le llevara a uno que fuera “auto-escuela”, donde aprender él solito lo que le interesaba”; o su idea de “buscar soluciones para la capa de ozono, porque había visto unas ovejas que se quedaban ciegas”.

La sensibilidad y empatía de estos niños nos enseña un mundo lleno de luz que está oculto para la mayor parte de los adultos, bajo nuestra capa de pesimismo y miedo a lo desconocido. Sus comentarios y razonamientos filosóficos revelan ante nuestros ojos todo un mundo de posibilidades. Comentarios como el de Álex, que con 5 años le preguntaba a su madre: ¿cómo se sabe cuándo es el final de la vida? O su extrañeza al escuchar decir a Buzz Light Year, en “Toy Story”, su clásica frase “hasta el infinito y más allá”, cuando él sabía que “el infinito ya es lo más lejos que se puede llegar”.

Vivir su diferencia de forma positiva

También es emocionante vivir con ellos su sensibilidad. Ver como un niño, con solo 3 años, se emociona al escuchar una melodía de Mozart. Observar como un mico de 4 años se queda mirando fijamente un cuadro de Juana la Loca en el Museo del Prado y pregunta: ¿Mamá, qué le pasaba a esa señora? Poder explicarle lo que le pasaba a aquella Reina de Castilla, que vivió hace 500 años, a ese niño que hoy, con ese gesto de angustia en su rostro, pregunta por ella es sencillamente maravilloso.

Estos niños son como “una fuente de sabiduría” para los que les rodean, pero no por sus respuestas, sino por sus preguntas. Nos hacen replantearnos muchas ideas preconcebidas, mejorar como personas y empatizar con seres con los que jamás hubiéramos imaginado empatizar.

“Se aprende mucho de ellos y siempre sorprenden con algo nuevo”, afirma otra madre a la que su hijo, de sólo 10 años, le explicó “todo el proceso de luces del arcoíris, como llegaban a la tierra para que nosotros lo pudiéramos ver, y como el arcoíris  no se puede tocar porque no es tangible».

El conocido filósofo y profesor José Antonio Marina explica en sus charlas y libros como la vida se asemeja a una partida de cartas. Según Marina, tener una elevada inteligencia es una gran suerte. Es como tener buenas cartas. De inicio, es una gran ventaja para la vida, pero hay que saber jugarlas para ganar. Porque tener buenas cartas y no saber aprovecharlas puede hacerte perder la partida de forma estrepitosa.

Según asegura en su blog el psicólogo especialista en Altas Capacidades Miguel Ángel Funes, “es cierto que la disincronía evolutiva, su perfeccionismo, alta sensibilidad y desmotivación escolar pueden ser factores de riesgo, pero centrarse únicamente en los aspectos más negativos solo sirve para generar una angustia innecesaria que puede suponer un impedimento para el desarrollo del niño”.

Vivir su diferencia (que no es una maldición, ni una enfermedad) de forma positiva, conocerse a sí mismos y entender sus peculiaridades puede significar mucho para los niños de Altas Capacidades. Porque aquello que nos diferencia suele ser, a menudo, la mayor de nuestras fortalezas y desarrollar nuestros talentos es la clave de la felicidad.

 

 

PARA SABER MÁS:

 

Fotografía: Pixabay.

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