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Hipersensibilidad y Altas Capacidades

Hipersensibilidad

Artículo publicado el 3 de abril de 2016

Hipersensibilidad y altas capacidades

 

Una de las mayores paradojas de la alta capacidad intelectual tiene que ver con las emociones. Muchos de los niños con alta capacidad tienen hiperemotividad, es decir, sienten todo de manera amplificada. Son amplificadores emocionales. Sufren unas oscilaciones tremendas de su volumen emotivo, como olas que recorren su cuerpo. De hecho, una característica que se repite sistemáticamente en los tests de personalidad de los superdotados es la altísima sensibilidad. Este componente emocional está presente todo el tiempo en su personalidad y, por tanto, altera el modo en que la persona se conduce.

La emoción nos lleva a la empatía. Si yo soy capaz de ponerme en la piel del otro y comprenderlo, eso también me lleva a sufrir como propias, cosas que no son mías, sino de los demás. Eso es algo que no siempre es bien entendido por los otros y que puede acarrear problemas en la socialización del niño. También produce mucha tristeza, porque si me angustia como propia cada una de las injusticias que veo en el mundo ¿cómo voy a ser feliz?

 

El 90% de los niños superdotados tienen una sensibilidad muy alta

Según las investigaciones de la psicóloga estadounidense especializada en superdotación Leta Hollingworth, el 90% de los niños superdotados tienen una sensibilidad muy alta. El psicólogo y psiquiatra polaco Kazimierz Dabrowski, conocido por sus investigaciones en este campo, asegura que estos niños “tienen una capacidad de emocionarse profundamente. Desarrollan fuertes vínculos con personas, lugares y cosas. Debido a su intensidad emocional, a menudo son acusados de ser melodramáticos. Sin embargo, las emociones que sienten son reales. Para ellos un grano de arena es realmente una montaña”.

Según la psicóloga francesa Jeanne Siaud-Facchin, autora de varios libros relacionados con el tema, “los superdotados no solo son esos seres dotados de una inteligencia aguda e hiperactiva. También son, y a caso sobre todo, personalidades con una sensibilidad extrema, con una reactividad emocional hipertrofiada. Sorprendentemente hiperestésicos (todos los sentidos están desarrollados), los superdotados perciben lo que ha escapado a los otros, entienden lo que no se ha comprendido, ven lo que los demás no verán jamás, oyen lo que nadie ha oído nunca…”

 

Necesidades afectivas de los superdotados

Cada vez más los profesores y especialistas que trabajan con superdotados reconocen que estos estudiantes tienen un excepcional conjunto de necesidades afectivas. El niño superdotado necesita sentirse comprendido por el profesor, sentir que le apoya y le valora. Necesita su mirada de aprobación y su contacto físico. Si entendemos que todos los alumnos tienen estas mismas necesidades, el sensible superdotado las tiene aún más desarrolladas. Por eso, todo se vuelve más fácil cuando los profesores son conciliadores y consideran al alumno simpático y afectuoso. Según Jeanne Siaud-Facchin, “un superdotado depende siempre del contexto afectivo; no sabe ni puede funcionar sin tener en cuenta la dimensión y la carga emocional”.

No obstante, esta elevada sensibilidad, unida al perfeccionismo exacerbado y al idealismo propio de estos niños puede provocar en los pequeños a los que nunca les comunicaron que fuesen superdotados sentimientos de no ser aceptados o de inferioridad respecto a los demás. Estos sentimientos pueden permanecer como una inolvidable realidad, a veces para el resto de su vida.

Siaud-Facchin afirma que “cuando se siente con tanta intensidad, incluyendo las emociones de los otros, se adquiere una permeabilidad al entorno que produce reacciones y comportamientos que a los otros pueden parecerles desmesurados, inadaptados y extraños. Desde las lágrimas repentinas hasta una cólera violenta, desde un miedo incomprensible que resultará ridículo ante los ojos de los demás hasta un entusiasmo desbordante…”

Desafortunadamente, muchos de ellos aprenden a avergonzarse de ser “extremadamente” sensibles (particularmente los chicos). Esta sensibilidad es la base de su compasión, su más profunda comprensión acerca de la moralidad y la justicia, y de su creatividad. Todo ello aumenta los niveles de conflicto interno.  Por eso, estos niños superdotados necesitan ayuda en comprender y sentirse orgulloso de estas cualidades.

Aunque es importante enfatizar que no todos los superdotados tienen Sobreexcitabilidad, se encuentra mucha más gente entre la población superdotada que en la media de la población.

 

 

© Ana Díaz. Periodista.

@anai_dj

 

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