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Mujer y superdotación

La mujer superdotada

Artículo publicado el 19 de marzo de 2018

 

El silencio de las niñas y mujeres con Altas Capacidades

«La mujer con alta inteligencia tiene clara consciencia de sus capacidades y las valora, pero en la intimidad. Prefiere no mostrarlas en público por miedo al rechazo social. Es algo que se sabe, pero no se dice ni se demuestra. Es por ello que el diagnóstico en niñas, adolescentes y mujeres es mínimo«.

Marisol Gómez. Psicóloga.

XII Seminario Internacional «Mujer y Superdotación».

 

Uno de los primeros grandes estudios sobre superdotación, que marcó un antes y un después en este campo, fue realizado por Lewis Terman en los años 20 del siglo pasado, en EEUU. Su objetivo era detectar población de altas capacidades. Algunos de sus hallazgos adquirieron gran relevancia internacional. Sin embargo, según Luz Pérez, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Complutense y autora de diversos estudios sobre la superdotación femenina, “en su estudio no había prácticamente niñas” y la conclusión de Terman fue que “el desarrollo hormonal impedía el buen desarrollo intelectual”. Hoy sabemos que eso no es cierto. “Hoy, con la perspectivas de los siglos, nos damos cuenta de que en aquel momento las mujeres eran prácticamente analfabetas”, afirmó Pérez.

Con el paso del tiempo, la formación académica de las mujeres ha mejorado de forma exponencial en los países occidentales. Sin embargo, durante el XII Seminario Internacional “Mujer y superdotación”, organizado por la Universidad Camilo José Cela y dirigido por Luz Pérez, las especialistas allí presentes pusieron de manifiesto que, a día de hoy, siguen detectándose muchos más casos de niños con altas capacidades que de niñas.

Según explicó durante este evento la psicóloga especialista en altas capacidades Marisol Gómez, por cada 9 niños que se detectan en su consulta, hay una niña. Las estadísticas del Ministerio de Educación también corroboran este dato, ya que de los 23.745 alumnos identificados con altas capacidades en el curso 2015-16 (último del que se tienen datos), sólo 8.457 eran mujeres. Las diferencias empiezan ya en Infantil, cuando hay 201 niños identificados y solo 51 niñas, cuatro veces menos. En Primaria, son 4.410 chicas frente a 12.468 niños. En ESO, 3.057 frente a 8.597 varones. Y en Bachillerato 827 frente a 2.383 chavales. ¿Por qué éstas diferencias?

Aunque se han hecho muchos estudios sobre las diferencias entre el cerebro femenino  y el masculino, Luz Pérez afirmó que la línea más actual de la investigación nos dice que debemos abandonar el neurosexismo y entender el cerebro humano desde otro punto de vista, ya que hay una serie de trabajos que están demostrando que “el cerebro humano es hermafrodita. Es decir, no hay un cerebro masculino, ni un cerebro femenino al 100%”. “Hay aspectos que denominamos femeninos y aspectos que denominamos masculinos, pero en una mayoría de cerebros están mezclados”, aseguró.

Entonces, si el cerebro no tiene sexo y la formación académica de la mujer ha mejorado, ¿por qué hay esta diferencia en la identificación de las altas capacidades intelectuales? ¿Por qué no hay apenas mujeres?

Según explicó Marisol Gómez, estas mujeres «se ven obligadas a ocultar sus talentos para sobrevivir socialmente. La necesidad de agradar predomina habitualmente sobre sus altas capacidades intelectuales. No obstante, la mujer con alta inteligencia tiene clara consciencia de sus propias capacidades y las valora, pero en la intimidad. Prefiere no mostrarlas en público por miedo al rechazo social. Es algo que se sabe, pero no se dice ni se demuestra. Es por ello que el diagnóstico en niñas, adolescentes y mujeres adultas es mínimo».

 

Luz Pérez en el Seminario Mujer y Superdotación.
Luz Pérez en el Seminario Mujer y Superdotación.

 

¿Por qué sucede esto?

1. Autopercepción negativa.

Para Luz Pérez, una parte del problema está en la percepción que tenemos de nuestra propia inteligencia y del resto de las mujeres, porque “si nos perciben como poco inteligentes, acabaremos siendo poco inteligentes”, afirmó. De hecho, hay estudios que demuestran que, desde niñas, las propias mujeres se perciben a sí mismas y a las de su mismo género como menos inteligentes que a los varones. Por el contrario, otros estudios afirman que los hombres tienden a sobrestimar sus propias capacidades, lo que puede generar en las mujeres problemas de autoestima.

Por su parte, la psicóloga Marisol Gómez considera que la mujer muy inteligente tiende a infravalorar sus potencialidades intelectuales, debido a su exacerbado perfeccionismo y autoexigencia. En ocasiones “esta actitud de camuflaje puede estar dirigida a limitar el daño emocional que puede producirles el no alcanzar sus propios objetivos por esa ansia de perfección. Generándoles esto una sensación de fracaso. De ahí la importancia de regular los niveles de autoexigencia a través de un concepto más realista sobre el fracaso y las expectativas autoimpuestas”, afirmó.

 

2. Los mensajes contradictorios.

La adolescencia es un momento especialmente complicado para las chicas de altas capacidades porque reciben mensajes contradictorios. Por un lado, desean desarrollar sus capacidades y destacar intelectualmente, pero los estereotipos sociales de género les empujan en sentido contrario. Según Pérez, las chicas más capaces “intentan ser competitivas y destacar, pero esto les lleva al rechazo social, porque si tú eres la lista de la clase, no eres la que los chicos consideran para salir con ellos. Esto es un dolor psicológico que tienen las niñas muy, muy fuerte y que les lleva a dos síndromes: el Síndrome del Impostor y el Síndrome de la Abeja Reina”. El Síndrome del Impostor hace que se sientan siempre fuera del sitio que les corresponde y el Síndrome de Abeja Reina les lleva a un perfeccionismo imposible en todos los ámbitos de la vida e incluso a la depresión.

Según afirmó Marisol Gómez: “el silencio les vale más la pena en todas las etapas de la vida, desde su tierna infancia, porque cuando se quedan descubiertas pueden sufrir acoso escolar, de hecho lo sufren, sobre todo en la adolescencia, y no soportan ese acoso. Ellas saben que son diferentes y más rápidas intelectualmente que el resto de sus compañeros y compañeras, pero esta cualidad se puede convertir en su peor enemigo. La mayoría de ellas prefieren silenciarse para no molestar”.

 

3. El contexto educativo.

Otro de los motivos de los que se habló durante el seminario fue que el contexto del aula favorece a los chicos. Según explicó Luz Pérez, los profesores interaccionan más con ellos que con ellas, al ser normalmente más inquietos y necesitar tenerlos tranquilos. Mientras que las chicas, más obedientes y silenciosas, parecen no necesitar tanta atención.

 

4. La falta de referencias.

La ausencia de personajes femeninos destacados y de altas capacidades es otro de los factores que se pusieron se relevancia durante el evento. Los libros de texto carecen de estos referentes y la sociedad, en general, los desconoce. Son las llamadas “Figuras ocultas”, como las matemáticas que aparecen en la película de Theodore Melfi.

 

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¿Qué podemos hacer para evitar que las chicas más inteligentes se escondan?

 


Según Luz Pérez, estas niñas necesitan apoyo psicológico y apoyo social, y los principios para ayudarlas serían los siguientes:


 

→ Identificación temprana.

Hay que detectarlas a edades tempranas. La mayor parte de las ponentes insistieron en la importancia de la detección precoz para poder actuar cuánto antes.

 

→ Ayudarlas a conocerse.

Según Luz Pérez, “el autoconocimiento y el autocontrol son los dos factores emocionales que más influyen en una buena utilización de la inteligencia. Porque debo saber cuáles son mis capacidades y saber controlarlas”.

 

→ Trabajar su autoestima y facilitarles experiencias personales de éxito de otras niñas y mujeres. Buscar mentoras que les ayuden y con las que puedan compartir sus ideas.

 

→ Ayudarlas a situar su “locus de control”, es decir, a lo qué atribuimos nuestros éxitos. Las niñas suelen atribuirlos a su trabajo y esfuerzo, mientras que los niños lo atribuyen fundamentalmente a sus habilidades. Esto puede llevar a las chicas a tener una valoración negativa de sus habilidades y a una baja autoestima.

 

→ Estrategias para prevenir el perfeccionismo. Muy importante para evitar que caigan en el “Síndrome de Abeja Reina”.

 

→ Tolerancia a la frustración. Cuidar mucho que los objetivos y las expectativas generadas sean las adecuadas, tanto de los padres, como de los profesores, porque en ocasiones los miedos a no alcanzar esas expectativas les paralizan. Por eso es importante enseñarlas a pedir ayuda y a compartir sus temores.

 

→ Enseñarlas a no ser pasivas, porque las niñas tienen mucha tendencia a adaptarse y mimetizarse, pero deben saber que no solo es el profesor el que debe poner de su parte, también ellas deben hacerlo.

 

 

© Ana Díaz. Periodista.

@anai_dj

 

 

PARA SABER MÁS:

 

 

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Esta entrada tiene 8 comentarios

  1. Héctor

    Hola buenos días:

    Dudas no tengo sobre este tema, veo que efectivamente se mezclan las cosas creando un terrible error. Las cosas sencillas las queremos complicar.

    Entiendo entonces que haya tanta confusión¡, con este tipo de afirmaciones que por otra parte dice una persona¡ una…y que no pongo en duda su formación en absoluto, solo me parece una forma un tanto desacertada de interpretar los estudios, no me parece saludable para nadie recibir esta información sesgada, no todos piensan igual en el mismo campo, evidentemente la persona que emite este juicio si debe de tener mezclados lo aspectos femeninos y masculinos.

    La capacidad de discernir es importante para las exposiciones casi mas, si me apuras, que los conocimientos.

    Felicitaciones de todas formas por el blog

  2. Lohitzune

    Me parece bastante esclarecedor que, una vez más, en un artículo que habla sobre mujeres hayan sido los hombre quienes han sentido la necesidad de corregir, puntualizar o hacer algún matiz. No deja de estar bien, ya que corrobora todo lo expresado en el artículo. Además de muchas otras tesis provenientes de los estudios de género.

    No estaría de más que de vez en cuando, querido hombres, dierais un paso atrás, para que nosotras podamos dar un paso adelante. Tanto en el aula como en este blog, y participemos de igual forma de cualquier debate. Dato curioso: yo soy una persona con un IQ que ronda los 130, pero no estoy identificada como nada (tampoco me he evaluado), y en la infanci y la adolescencia he sido rechazada sistemáticamente, sobre todo, por los chicos de mi clase. Les enfadaba que fuera más inteligente que ellos. También les enfadaba otro listillo, pero él no vio nunca en ellos un posible amor de adolescencia. No sé si me explico.

    Hala, a seguir bien!

  3. Lohitzune

    Ah! Y sí, me he comido algunas letras, es lo que tiene escribir de mala leche. Tendré la piel muy fina… Qué se le va a hacer.

  4. Alejandra

    Buenas tardes.

    El artículo me parece muy interesante, aunque hay una serie de proposiciones contradictorias que le hacen un muy flaco favor a su propósito, si se entiende como propósito la divulgación, si se entiende la divulgación como exponer hechos verificados y contrastados, verificados y contrastados no una sola vez en un seminario o en un simposio, verificados no porque lo diga una experta o lo haya sugerido una especialista, porque a las contradicciones ya mencionadas se les sumaría otro elemento poco alentador: la falacia.

    Y en esta línea me sorprende que, de todas las referencias mencionadas al final del artículo, solamente una enlace a un estudio publicado en el magazine online de Science. Todas las demás referencias enlazan a lo que he descrito en el párrafo anterior, seminarios y simposios, extractos de extractos en los que una o unas especialistas en la materia, cuyo bagaje y credibilidad no me atrevería jamás a poner en duda, dijeron o expresaron esto o aquello de esta o aquella manera.

    Por último, y enlazando con lo expuesto en el párrafo anterior, en el enlace de Science no se dice lo que aparece en este artículo. Sobre esto último no puedo afirmar con certeza si se trata de un error de traducción, una interpretación poco afortunada o, ya puesta en el peor de los casos aunque no por ello sean todos los posibles, que haya habido cierta intencionalidad por parte de la autora a la hora de transcribir lo que el «abstract» del estudio sugiere.

    Interesante artículo, en líneas generales, pero creo que nos hace el mejor de los bienes a las mujeres, y no digamos ya a las mujeres con altas capacidades o superdotación, lo segundo no es mi caso y si lo es no tengo constancia de ello, emprender una labor divulgativa en la cual encontramos elementos contradictorios y referencias de cuestionable valor fáctico.

    Saludos.

    1. Altascapacidadesytalentos

      Muchas gracias por tu comentario, Alejandra. La cuestión es que este es un reportaje periodístico, escrito por una periodista, sobre la información expuesta en un Seminario Internacional sobre Mujer y Superdotación. En él se exponen las palabras textuales de varias ponentes, utilizando la técnica del entrecomillado. No se trata de una investigación científica, sino de hacer un reportaje de carácter meramente informativo sobre lo que allí se dijo, para que quien no pudo asistir, lo conozca. No hay más pretensión que esa. Un saludo.

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