El enigma de la creatividad en las Altas Capacidades
¿Qué relación hay entre la inteligencia, la creatividad y las emociones?
Expertos e investigadores internacionales de la talla de Jeanne Siaud-Facchin, Joseph Renzulli, Sally Reis y Todd Lubart se dieron cita en Madrid para debatir sobre la relación que existe entre la creatividad, las emociones y las altas capacidades intelectuales.
La creatividad se considera una de las habilidades del siglo XXI, junto con la colaboración, la comunicación y el pensamiento crítico. Son las denominadas “4 Cs”, las habilidades blandas (soft skill), que están directamente relacionadas con la gestión de las emociones. Hasta tal punto se considera importante la creatividad hoy en día, que se ha incluido recientemente en el Informe PISA sobre la educación en los países de la OCDE.
La velocidad a la que se mueve el mundo en el que vivimos nos obliga, ahora más que nunca, a ser creativos. A los trabajadores se nos exige continuamente flexibilidad y adaptación al cambio, pero ¿ocurre lo mismo en los colegios? ¿Se premia la creatividad en las escuelas o por el contrario supone un impedimento? ¿Se puede entrenar la creatividad? ¿Existe alguna relación entre inteligencia y creatividad? ¿Y qué tienen que ver las emociones en todo esto?
Para responder a estas y otras cuestiones se han dado cita en Madrid, en el Congreso titulado “El enigma de la creatividad en las Altas Capacidades”, destacados expertos internacionales en altas capacidades, como la psicóloga francesa Jeanne Siaud-Facchin, autora del libro “¿Demasiado inteligente para ser feliz?”; los estadounidenses Joseph Renzulli y Sally Reis, autores de la archiconocida Teoría de Tres Anillos de superdotación y del Modelo de Enriquecimiento Educativo para toda la Escuela (SEM); o el profesor de la Universidad de París Descartes, autor de numerosos estudios y libros sobre creatividad, Todd Lubart, entre otros.
Organizado Giunti Psichometrics, el Gabinete de Psicología Ayalga y la Fundación Talentum, el Congreso giró alrededor dos aspectos clave en el desarrollo de las Altas Capacidades Intelectuales y en la evolución de la educación actual: la creatividad y las emociones.
¿Por qué tantos niños de Altas Capacidades no consiguen brillar en el colegio?
Uno de los mitos sociales más extendidos con relación a las Altas Capacidades es aquel que dice que estos alumnos son especialmente brillantes, obtienen calificaciones excepcionales en todas las asignaturas, tienen un comportamiento ejemplar y son adorados por sus profesores. Si aplicamos la lógica, este “falso estereotipo” tiene, en realidad, todo el sentido del mundo. Uno piensa que aquellos niños que tienen un Cociente Intelectual (CI) muy superior a la media deberían destacar por encima de sus compañeros, sin mucho esfuerzo, en un ámbito académico. Sin embargo, en gran parte de los casos, estos niños pasan por el colegio con más pena que gloria. ¿Por qué sucede esto?
Según la mayoría de los estudios realizados, solamente un tercio de los alumnos con Altas Capacidades Intelectuales consigue destacar académicamente. El motivo es multifactorial y bastante complejo. No se trata solamente de ajustar los contenidos a su nivel intelectual o a su velocidad de aprendizaje. Es la forma en la que se presentan esos contenidos, las continuas repeticiones, así como la falta de creatividad y flexibilidad a la hora de aplicarlos lo que hace que muchos de estos pequeños, que entran al colegio con unas ganas tremendas de aprender, acaben totalmente desconectados del aprendizaje, deprimidos y estresados, pasados unos años.
Durante este congreso se puso de manifiesto en varias ocasiones como la Alta Capacidad Intelectual, que debería ser un recurso, se convierte en una disonancia en los contextos académicos normativos actuales, especialmente en el caso de los perfiles que cuentan con una mayor creatividad. De todos es sabido que el entorno escolar tradicional premia la homogeneidad y el niño con altas capacidades representa justo todo lo contrario: el pensamiento abstracto precoz, el lenguaje avanzado, el pensamiento divergente… Esta diferencia, a menudo incomprendida por el profesorado, puede ser determinante a la hora de activar la exclusión social, y por tanto el malestar del niño, a edades muy tempranas. Si a esto le sumamos la elevada sensibilidad emocional propia de estos alumnos, el riesgo de fracaso escolar se multiplica.
“Cuanto más creativo es un niño, peores resultados obtiene en el colegio”
Según explicó el psicólogo Todd Lubart, la primera prueba de inteligencia, desarrollada en 1905 por los psicólogos franceses Alfred Binet y Théodore Simon, incluía originalmente aspectos relacionados con la creatividad, pero se eliminaron porque alargaban demasiado el tiempo de ejecución del test y no ayudaban a predecir los resultados escolares (que fue el objetivo inicial por el que se desarrolló esta prueba). “De hecho, en Francia, por ejemplo, vemos que cuanto más creativo es un niño en los test, peores son los resultados que obtiene en el colegio, y viceversa. Así que, si quieres sacar buenas notas en Francia, lo primero que tienes que aprender es a no ser creativo”, afirmó Lubart.
En este sentido, los psicólogos José Luis Pérez y Félix Ruiz, del Centro Ayalga, nos hicieron reflexionar sobre el perfil de sufrimiento que hay detrás de una alta creatividad que no consigue salir. Cuando no se les permite o no son capaces de sacar esa potencialidad, se vuelve en su contra, generándoles ansiedad, haciéndoles arrancarse hasta las cejas y las pestañas, o cosas aún peores, como autolesiones, cortes, anorexia… Porque “la creatividad no es algo meramente artístico, la creatividad es muy bonita, cuando se atiende y se expresa”, pero “el factor emocional es determinante para que ese talento creativo pueda aflorar”, afirmó Félix Ruiz.
El potencial creativo es un estado latente
Aunque hay pocos artículos publicados sobre las Altas Capacidades y creatividad, Lubart aseguró que, según estos estudios, “ni todos los superdotados (CI superior a 130) demuestran tener una alta creatividad, ni todas las personas que muestran ser altamente creativas tienen un CI muy superior (130)”. Según explicó este experto, “para ser un superdotado creativo es necesario tener un CI elevado (por encima de 100), pero no todos los que tienen un CI elevado son altamente creativos”.
En este sentido, podemos decir que tener una inteligencia elevada es un factor necesario para ser creativo, pero no suficiente. Para que el potencial creativo se desarrolle debemos tener en cuenta tres ingredientes básicos que influyen de manera decisiva: el ingrediente cognitivo (conocimiento, apertura, perseverancia…), el emocional (que nos ayuda a crear asociaciones) y el medioambiente (que puede ser más o menos estimulante).
Esto significa que “el potencial creativo es un estado latente”, que no está presente siempre de igual forma en todos los perfiles de altas capacidades, ni mucho menos en todos los aspectos. De hecho, afirmó Lubart, “es muy extraño encontrarse a alguien que sea siempre creativo en todos los ámbitos”. Por otra parte, Félix Ruiz también apuntó que «es muy diferente valorar la creatividad fuera o dentro del ámbito escolar, porque el ambiente influye, y mucho».
¿Se puede entrenar la creatividad?
Hay muchos estudios que demuestran que, a mayor creatividad, peores funciones ejecutivas. “Cuando más inspiración creativa tenemos, más representaciones mentales hay en nuestro cerebro, más pensamiento asociativo y más se desenfoca la atención”, afirmó José Luis Pérez, psicólogo del Centro Ayalga. Por eso, la adaptación escolar de los perfiles muy creativos es complicada, pero si se incluyen actividades creativas en las tareas y se introduce cierta flexibilidad se mejora mucho la adaptación. El problema es que algunos profesores no encuentran la manera de hacerlo.
En el año 2022, el Informe PISA incluyó por primera vez pruebas para valorar el pensamiento creativo del alumnado. Para ello, se estableció un grupo de control y otro experimental, utilizando muestras muy amplias. A ambos grupos se les sometió a dos test diferentes, dejando un periodo de tiempo entre uno y otro. Durante este margen de tiempo, los del grupo experimental entrenaron la creatividad con sus profesores y los de control, no.
“Los resultados demostraron una mejora evidente en el grupo que recibió ese entrenamiento, aunque también se vieron grandes diferencias por profesores -afirmó Lubart- ya que algunos profesores conseguían mucho más de sus alumnos después de este entrenamiento, que otros”. La buena noticia es que, si los alumnos pueden entrenar y mejorar su creatividad, los profesores también podrían hacerlo.
Las emociones, palancas fundamentales de nuestra inteligencia
Para Lubart, el ingrediente cognitivo es necesario, pero no suficiente para desarrollar una elevada creatividad, ya que el estado emocional y el contexto son igualmente decisivos. Y es aquí donde entra en juego esa especial sensibilidad que demuestran tener la gran mayoría de las personas con Altas Capacidades, que el psicólogo Kazimierz Dąbrowski denominó sobreexcitabilidad emocional. Un arma de doble filo de la que nos habló, largo y tendido, la psicóloga Jeanne Siaud Facchin, experta en Altas Capacidades.
Según explicó Siaud Facchin, “la inteligencia no se reduce a procesos cognitivos, ya que las emociones son una parte básica de la inteligencia. Son esenciales para entender el mundo, interactuar, adaptarse, pero también para la memoria, la motivación y la toma de decisiones. Son palancas fundamentales de nuestra inteligencia, ya que son aliadas íntimas de la creatividad y el talento. Sin emociones no podemos pensar, activar la motivación o la creatividad. La inteligencia necesita ese equilibrio constante entre emoción y cognición. Por eso, podemos decir que pensar sin emociones es peligroso, para nosotros y para los demás”, afirmó.
Hoy en día sabemos que las personas que tienen un elevado Cociente Intelectual (CI) son capaces de captar más datos y procesar más ideas, esto significa también que el número de emociones se multiplica. “Cuánto más amplia es la concepción del mundo, más amplia es la paleta de emociones que tenemos. Cuantos más datos captamos, más emociones vamos a tener”, afirmó Siaud Facchin. Por eso la gestión emocional es tan importante en las personas con altas capacidades intelectuales. Porque les afecta en mayor medida que al resto. Es clave para su bienestar emocional y para el desarrollo de su potencial.
Las competencias emocionales ayudan a emerger los talentos
Las emociones nos ponen en movimiento y nos ayudan a adaptarnos. Cada emoción tiene una función. Todas son útiles. Nos dan información sobre lo que ocurre dentro y fuera de nosotros. Las necesitamos para crear una armonía entre las tres Cs: cuerpo, corazón y cabeza. Sin embargo, según explicó esta psicóloga francesa, las personas muy inteligentes sienten con tanta intensidad que “corren el riesgo de establecer mecanismos de defensa frente a sus propias emociones mediante la cognición. Se trata de no sentir, porque cuando sentimos, podemos asociarlo a algo peligroso para nosotros”. Esto nos desvincula de nosotros mismos, de nuestra esencia. De esta manera, “convertimos nuestras emociones en enemigas, en lugar de aliadas”, afirmó.
Jeanne Siaud Facchin recomienda encarecidamente practicar la meditación, aprender a estar presentes en el aquí y ahora, “porque se ha demostrado que cuanto más presentes estamos, más felices somos. Esto está vinculado directamente con la concentración y la motivación, con ese concepto de “flow” descrito en sus estudios por Mihaly Csikszentmihaly”. “Las competencias emocionales nos ayudan a estar presentes realmente y sentir lo que vivimos en cada momento, captando todas las sutilezas, sin tener miedo a sentir, y esto nos proporciona un sentimiento de bienestar que ayudará a que emerjan todos los talentos”.
(Enlace al vídeo completo de Instagram)
El enriquecimiento educativo de Renzulli y Reis
Joseph Renzulli y Sally Reis son dos psicólogos educativos estadounidenses expertos en desarrollo del talento, reconocidos internacionalmente por su exitoso Modelo de Enriquecimiento para toda la Escuela (SEM). Lo más importante de este modelo es que parte de la compactación del currículum, evitando repetir lo que el alumno ya conoce y motivándole al mismo tiempo con tareas de su interés. Su modelo se basa en las 3 E´s: “Enjoyment, Engagement y Enthusiasm for learning” (disfrute, compromiso y entusiasmo por el aprendizaje).
Renzulli y Reis hablaron durante el congreso de tres tipos distintos de enriquecimiento. El primero, permitiendo la profundización en materias del interés del alumno; el segundo, realizando proyectos en los que se empleen las habilidades del siglo XXI; y el tercero, aquel que permite a los niños resolver problemas reales de la sociedad al modo de un experto (pero al nivel de un niño), como la niña de la fotografía de abajo.
“No se trata de recibir información y memorizarla, sino de aprender haciendo”
Estos psicólogos mencionaron la utilidad de los grupos de enriquecimiento basados en una pasión, pero haciendo, sin crear un currículum ordinario. “No se trata de recibir información y memorizarla, sino de aprender haciendo un proyecto”, insistió Renzulli.
Por su parte, Cristina Márquez, psicóloga experta en Altas Capacidades y creadora del centro especializado Begabung, nos explicó su experiencia práctica en la aplicación del Modelo SEM en el colegio Adalid Meneses de Talavera de la Reina (Toledo). Durante su intervención, esta psicóloga hizo hincapié en la necesidad de hacer planes de trabajo y enriquecimientos individualizados para cada alumno, partiendo de la creación de un “porfolio del talento” con las potencialidades, limitaciones, gustos e intereses de cada uno de ellos. Porque “ningún método es eficaz si no parte de las necesidades personales de los estudiantes”.
“La cultura de un país se compone de las ideas creativas de esa sociedad, por eso es importante el equilibrio entre el currículum ordinario del Ministerio de Educación y lo que se puede hacer con ese currículum creativamente. Si a los niños se les da la oportunidad de hacer cosas divertidas, centrarse en sus intereses y fortalezas, eso genera motivación, permitiéndoles desarrollar su talento y devolverlo a la sociedad”, afirmó Joseph Renzulli.
Jana Martínez-Piqueras, profesora de Educación Especial, experta en Altas Capacidades y presidenta de Indifferent Minds Foundation, insistió en que “un creativo está lleno de ideas brillantes, pero si no son recogidas, las cercena y cuando alguien renuncia a su esencia, tiene un coste”. “Los cambios que necesita el mundo vienen de no repetir siempre lo mismo. Pero no solo no lo enseñamos, sino que lo penalizamos -afirmó- y es una lástima, porque la creatividad hace que nuestra vida sea más real, más interesante y, sobre todo, mucho más divertida».
Texto y fotografías: © Ana Díaz
Periodista y Experta Universitaria en Altas Capacidades Intelectuales por la UNIR.
PARA SABER MÁS:
Congreso Internacional El Enigma de la creatividad en las Altas Capacidades.
Organizado Giunti Psichometrics, el Gabinete de Psicología Ayalga y la Fundación Talentum.
